En su afán de desmontar desde el arte los discursos y acciones de poder y represión del régimen cubano, el artista visual exiliado Hamlet Lavastida inaugurará este viernes su primera exposición personal en París. Así, la Asociación NOEMI - Espace Brownstone acogerá el Manual Visual Contrapedagógico del artista cubano, quien afirma, en conversación con DIARIO DE CUBA, mientras ultima los detalles de la muestra, que se trata de una alerta sobre las consecuencias del totalitarismo.
En la capital francesa, Lavastida presentará un trabajo minucioso de búsqueda y compilación que desplegará a lo largo de los 120m2 del recinto expositivo, que llenará de papeles que retoman símbolos, logotipos y tipografías propagandísticas de empresas estatales e instituciones políticas cubanas. De esta forma, quedarán en evidencia las trazas de propaganda en cada una de las acciones del Gobierno cubano, marcadas por el monopolio ideológico que ha sido la amarga esencia del país a lo largo de más de seis décadas. A desaprender dicha propaganda, poniendo al público ante la edulcoración masiva de la Isla, invita Lavastida en París.
¿Qué significa para usted y su obra hacer con esta su primera exposición en París?
Lo importante de hacer una exposición en París, que es en definitiva mi primera exhibición en Francia, es traer las dinámicas políticas, historiográficas y sociales que suceden en Cuba, pero también en contextos paralelos como los de la Federación Rusa y Venezuela, que son los temas tratados en las obras que están en el Manual Visual Contrapedagógico.
Es traer un poco esta conflictividad, esta confluencia de ideas y de imágenes que son típicas de gobiernos autoritarios actuales. Me interesa siempre hablar de la expansión de lo totalitario en la actualidad, y no solo en su dinámica histórica, política y social, sino también en su dinámica cultural y en los imaginarios y en las imágenes que están en plena conflictividad en este mundo.
Cada vez nos damos cuenta con mayor vehemencia de que la política no sole se basa en la violencia, las armas o el discurso, sino también en la imagen, en esa imagen que es también una forma de adulteramiento, de cambio cultural.
En tal sentido, la exhibición trae una dinámica, que es la de los imaginarios represivos y culturales cubanos y sus adyacencias. Mi trabajo, como ensayo visual, siempre plantea cosas que se van descubriendo sobre la marcha, iconografías, emblemas, acrónimos, símbolos, que no son del todo reconocibles dentro de Cuba y me imagino que mucho menos van a ser reconocibles en Francia o en el contexto parisino. Y por eso creo en la importancia de traer eso a París, traer algo que es desconocido, traer algo que es negado.
Mi trabajo siempre ha sido enseñar, mostrar, recabar, buscar algo que está oculto y sacarlo a la superficie. Y, en ese sentido, tiene toda la relevancia en este contexto, donde se hace más urgente, en definitiva, el debate del autoritarismo y de las consecuencias del totalitarismo. Creo que es una forma de alerta en cualquier contexto europeo, en cualquier contexto mundial.
¿Cómo hacer antipedagogía en el contexto actual cubano? ¿Cómo convertir el desaprender en activismo?
En el contexto cubano, la antipedagogía es algo que está fraguado en la realidad misma. Es un lugar que, en sus formas culturales, políticas e históricas, ha tenido siempre distorsiones deliberadas. Y en estas distorsiones es donde yo amplío la idea de lo que es la antipedagogía, la contrapedagogía o el antididactismo.
Entonces, es algo que estoy viendo desde siempre. Desde que uno es niño y empieza a analizar la realidad y a comparar, te das cuenta de que la desenseñanza, la deseducación, la desestructuración de la realidad y del pensamiento objetivo funciona en todas las bases de la realidad. Cuando te cuentan una historia que no es, cuando te invaden con una imagen que no es, cuando te la falsifican, cuando hay edulcoraciones sobre la historia, ahí hay un elemento de contrapedagogía y antipedagogía, que realmente no es enseñar, sino es bombardearte con información que tiene otros fines. Tiene fines políticos, fines de adoctrinamiento. En ese sentido, la antipedagogía es una forma de propaganda.
Yo pienso que la forma más pertinente de volver este desaprender en activismo es evidenciándolo. O sea, el develar y evidenciar todas estas formas de edición masiva, todas estas formas de falsificación masiva, de edulcoración masiva, el solo hecho de evidenciarlo, hacerlo notar, explicarlo, hacer un ensayo visual sobre esto que ya es mucho más evidente porque lo estás poniendo en imágenes, es la forma más proactiva de llevar esto al contexto de la realidad.
Esta exposición, que retrata una vez más la narrativa del régimen cubano, ¿qué importancia tendría en la tarea vital de desmontar la imagen romantizada que muchos tienen de la Isla?
Hace falta exponer todos los agujeros negros que existen en el régimen cubano a la hora de contar su historia, a la hora de contar su dinámica política, porque el régimen sigue ahí y cada vez echa más toneladas de fango sobre las distintas historias que existen a la hora de hablar del proceso de construcción de ese llamado régimen revolucionario. Cada vez que pasa un día más, un año más, de ese régimen en el poder, es necesario y absolutamente urgente contar y explicar que existen otras historias.
Es complicado trabajarlo desde las artes visuales, pero ahí está el reto, que me ha llevado tantos años de trabajo, una acumulación de conocimientos, una acumulación de imágenes que lidien con ese problema, el de la falsificación y edición deliberada de la realidad histórica, social y política.
¿Cómo continuará la obra de Hamlet Lavastida en su esencia de desmontar desde el arte los discursos y acciones de poder y represión en Cuba?
Ya me he creado una metodología de exposición y develación sobre las falsificaciones que el régimen cubano hace, y hay mucho todavía por hacer en el trabajo de rescate y de arqueología historiográfica en Cuba. En Polonia tienen algo así como un instituto nacional de la memoria histórica, yo creo que es algo oficial, es algo que tiene parte de la gestión pública y en Cuba creo que en un futuro habría que hacer lo mismo.
Yo creo que hay que también sentar las bases para hacer un reconocimiento sobre las carencias que existen de manera cultural, historiográfica y política en Cuba, para después construir y gestionar un futuro con mayores cercanías a las realidades, no a las falsificaciones que sobre esa misma realidad ha hecho el Gobierno cubano.
En ese sentido, yo tengo una tarea inmensa, una tarea también muy modesta, porque es una sola persona con una forma de gestionar esa tarea, que es mediante la imagen, mediante las estructuras visuales, mediante las investigaciones que siempre suelen ser bien específicas porque no puedo sacarlo todo. Pero así voy a continuar por larguísimos años y creo que no va a parar ese tipo de trabajo, inclusive cuando se desmonte completo el aparato político cubano. Ese día sería, inclusive, mucho más interesante, porque podría trabajar con más libertades en las mismas dinámicas de entender y develar.
Inauguración: 5 de septiembre, 6:00PM.
Asociación NOEMI - Espace Brownstone: 26 Rue Saint-Gilles, 75003 París.